domingo, 7 de agosto de 2016

Estatron de Estagira

No es ni necesario ni lógico denunciar todas las virtudes meramente
porque uno se ye confrontado por la inevitabilidad de la propia muerte.
La belleza no deja de existir porque uno deje de ser bello; puede que los amantes perezcan, pero el amor en sí no.
Las leyes del cosmos no se ven afectadas por el paso de las generaciones.
Puede que el conocimiento se pierda, pero nunca la verdad.
Cuando Eudoxo de Cnldo pereció, los planetas no se cayeron del cielo; ni las palancas
dejaron de funcionar cuando Arquitas exhaló su último aliento. Por tanto, si nos dedicamos verdaderamente a esas virtudes y no a nuestro vanidoso ego, podemos reconfortarnos sabiendo que todo aquello por lo que luchamos permanece.

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