Podemos calcular la
edad de la Tierra, el tamaño del universo, el futuro de las estrellas.
Claro, somos destellos
minúsculos y momentáneos hechos de pensamiento vagando a través del cosmos en
un grano de arena. Pero nuestras mentes pueden recrear el pasado y predecir el futuro.
Por ejemplo, el viernes, un millón de años a partir de ahora, todos estaremos
muertos. Pero en este momento sabemos exactamente como se verá el cielo de la noche ese día.
Y así, en cierto modo,
no estamos completamente limitados por el tiempo.
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